
(6/Ag/16) El Distrito XlV del Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires tiene su sede en nuestra ciudad, pero que incluye afiliados de otras ciudades de la zona como General La Madrid, Laprida, Azul, Las Flores y Tapalqué, “con 271 afiliados exactamente” explicó Karina Amaro, secretaria de la entidad ubicada en la calle Bolívar y la que conoce perfectamente todos los detalles del colegio (“ella es nuestro gran apoyo” afirmó la presidenta, doctora Lorena D´Onofrio).
Hoy los médicos veterinarios celebran su día y en la sede del Colegio de Veterinarios, del Distrito XlV -vale aclarar- se reunieron quienes trabajan con animales pequeños y grandes, ya que si bien hay una marcada diferencia entre los trabajos que llevan a cabo, los dos coinciden en algo fundamental que es la prevención de enfermedades, y en ello hacen hincapié con distintas campañas que se llevan a cabo desde la entidad para que los propietarios y los productores tomen conciencia de que hay que prevenir, ya que a veces cuando hay que curar a los animales ya es demasiado tarde.
Es que no solamente hay que prevenir enfermedades (que son muchas, tanto en pequeños como en grandes, y algunas de ellas zoonóticas, es decir que las transmiten al ser humano) sino también para evitar inconvenientes, y aquí hay que resaltar que también se realiza desde el Colegio de Veterinarios una campaña para tenencia responsable, porque no todos tienen sus mascotas cuidadas, protegidas y que hacen que no cometan algún hecho que después haya que lamentar. Porque no es necesario que se llegue a la situación que ocurrió en Irlanda, por ejemplo (aunque en la Argentina, por un tema cultural y de educación fundamentalmente, es difícil que se produzca un caso así), cuando el propietario tuvo que matar a su propio perro, por un dictamen de la justicia, porque había matado a un cordero.
Los veterinarios Ignacio Crespo, Paula Sarli, Lorena D´Onofrio, Jesica López, Amanda Ormazabal y Diego Núñez se reunieron, con mate y facturas de por medio, para hablar largo y tendido sobre las actividades que desarrollan diariamente, en forma profesional, para prevenir, curar y organizar campañas para concientizar a la comunidad.
“Veterinarios de pequeños (animales) son alrededor de 80 en todo el distrito y el resto es de grandes, pero también hay profesionales que se dedican y especializan en otros temas, como tecnología de los alimentos y producciones específicas, como la apícola por ejemplo” contó Amanda.
“Eso está bueno, porque no es solamente están los pequeños y grandes animales, ya que la veterinaria es muy amplia con otras actividades como tecnología de los alimentos, laboratorios de análisis clínicos, producciones de alimentos, también droguerías para pruebas de nuevas medicaciones. En los hospitales hay equipos interdisciplinarios para enfermedades zoonóticas”, agregó Diego.
“Olavarría es la sede del Distrito XlV que incluye a otras ciudades de la zona. En los colegios se regula las actividades profesionales de veterinarios de las distintas localidades que competen a este distrito, y la parte administrativa -por cuestiones de organización- está en Olavarría, pero hay referentes en otras ciudades. El estado provincial delega las actividades de los veterinarios, el Colegio las regula, y todo es reglamentado por el Ministerio de Asuntos Agrarios, ahora llamado Agroindustria” señaló Lorena D´Onofrio, quien es la presidenta, pero a su vez delega actividades y hace participar a todos los veterinarios (a lo que no están tan acostumbrados), pero cada uno aporta lo suyo y terminó siendo una importantísima entrevista informativa.
“La sede central del Colegio está en La Plata, porque es provincial, y está dividido en 14 distritos, y hay dos (1 y 3) que tienen subsedes porque cuentan con más de 2 mil afiliados, que pertenecen al Gran Buenos Aires”, explicó Karina. “Van los delegados una vez por mes a la sede central, y cada uno lleva sus inquietudes y se discuten a nivel central todos los lineamientos para el ejercicio de la profesión. Ellos, los dirigentes de La Plata, son los que tienen a nivel nacional línea directa con las autoridades nacionales, y cada presidente de distrito es consejero provincial” señaló Lorena.
Las campañas
de prevención
“La subcomisión de pequeños animales organizó recientemente, por una inquietud presentada en las reuniones mensuales y para acercar más público, las campañas de prevención de salud. Se tiraron ítems, como inquietudes, y entonces surgió la de salud bucal y tos de las perreras (una gripe muy contagiosa, inclusive hubo un brote muy grande el año pasado), y la próxima será sobre tumores de mamas, tenencias responsables y prostatitis. La idea es hacer hincapié en la prevención”, contaron.

“El rol del médico clínico en la prevención de enfermedades en el ser humano está más instaurado en la población, pero el veterinario también quiere prevenir. En humanos se hace un montón. Es que la gente no tiene conciencia y llega a la veterinaria cuando el problema se presentó, o ya lleva bastante tiempo, y la idea es que la gente conozca más de esto que para nosotros son problemas cotidianos. Es para mejorar la calidad de vida y la sobrevida de los animales”, explicaron.
“La campaña de salud bucal comenzó a mediados de julio, y se hace durante un mes. Tiene llegada a través de los medios de difusión más los folletos que ponemos en los consultorios. Como es preventivo, queremos que la gente lleve al perro y haga una consulta, que nos diga las dudas que tiene. Porque cuando la dentadura del animal está con placas de sarro y se le caen los dientes, o apaecen tumores, ya es tarde. Por eso la idea es prevenir. No es lo mismo una mancha en la encía que da un aviso y se puede tratar con tiempo. Es que la gente no se imagina que le puede limpiar los dientes, que hay productos para evitar la placa bacteriana. Lo que le pasa a la boca a un humano, también le pasa al perro, pero uno se lava los dientes todos los días, y el perro no”, dicen para que la gente tome conciencia de todo lo que puede hacer por su mascota en ese aspecto.

“Además, muchas enfermedades bucales que tienen que ver con infecciones, no sólo impactan en la boca sino en todo el organismo del animal. Puede haber infección de válvulas cardíacas, impacta sobre riñones o hígado, y la gente no lo sabe, y cuando llegan con el perro con una infección avanzada es probable que tenga daño renal o en el corazón y ya hay que atacar el problema de otra manera. Uno de los problemas es el tema económico, porque hay que anestesiar, luego quizá operar, y todo se hace más caro. Como todo, es mejor prevenir que curar”, resaltó Lorena.
“La próxima campaña es tenencia responsable, que englobaría control de población, de enfermedades, prevención de accidentes y de enfermedades, y específicamente en la zona urbana se apunta a la zoonosis (las enfermedades que se transmiten al humano, como rabia, leptoespira, hidatidosis, triquinosis, brucelosis)”, señaló Amanda.
“Esta campaña será a partir de septiembre y durará un mes. Estará enfoacada en las cosas que directamente afectan a la comunidad; es acerca de que requerimientos que lleva a tener una mascota, cuál es la necesidad de atencion básica y la responsabilidad (como propietario) que hay que tener en cuanto a alimentación, responsabilidad civil, atención médica, ver cómo se saca a pasear a la mascota, evitar accidentes, mordidas. Es que hay enfermedades zoonóticas o parasitarias, y hay que ver cómo se es responsable para tener un animal a cargo, para proteger al animal y a otras personas”, contó Diego.
“Se nota una gran afluencia de gente que llega a las veterinarias por perros traumatizados: después de las 20 y los sabados y domingos al mediodía aparecen, generalmente cuando salen a caminar con sus perros. Hay que llevarlos con collar y correa. La impronta del perro es hasta el año de vida, que es cuando adquiere todas las buenas costumbres y la educación”, explicó Jesica.
“Olavarría está entre la conciencia de pueblo y ciudad. Lo humanizan tanto al animal, que cuando traen un perro atropellado el dueño se enoja con el automovilista, y en realidad él es el culpable generalmente, porque el perro anda sin correa. Inclusive, se ha estudiado que un perro adulto tiene una inteligencia similar a la de un nene de dos años, y la misma independencia, ¿y quién podría dejar a un chico de dos años a que vaya a dar una vuelta solo por el barrio?. El perro no sabe cruzar la calle, y así pasan los accidentes. Y dependen de que lo lleven al veterinario, darle de comer, no dejarlo atado al sol, de tomar agua, si tienen frío, si se mojan. A muchas razas las cambian de zona, y se ve un siberiano en zonas de calor, y está mal. Por eso cuando alguien quiere tener una mascota, es bueno que pidan recomendación por las razas y cuáles son sus costumbres”, señaló Amanda.
Grandes
animales
Allí llegó el turno de Ignacio, quien comentó que “los veterinarios nos juntamos a través de Funsagra (Fundación de Sanidad Ganadera), de la Sociedad Rural; esas son las vías de comunicación. Están en relación con el Senasa, con Asuntos Agrarios y son los que coordinan los planes sanitarios de aftosa, brucelosis y carbunclo (que es una zoonosis, enfermedad que se transmite al ser humano)”.
“Los veterinarios de grandes animales nos dedicamos a los bovinos, ovinos, equipos, porcinos, y dentro de ello hay varios temas como reproducción, inseminación artificial, revisación de toros, asesoramiento nutricional, desarrollo de productos, alimentos balanceados”, agregó. “Acá también se debe hacer prevención. Hay planes de prevención primaria, pero todo termina en la educación. No está instaurado en la sociedad todo lo que es prevención, y entonces debemos educar a la gente”, remarcó.
“Se hacen controles también de producción de leche, y dentro de éste está el control sanitario, control de brucelosis, tuberculosis. También se hacen saneamiento de rodeo. Y dentro del plan sanitario del establecimiento, hay otros controles obligatorios. En bovinos, por ejemplo, ese control abarca todo, desde leche hasta la carne. En porcinos, por ejemplo, es una producción que ha crecido y ahí también hay planes sanitarios, de reproducción y sistema de producción. El veterinario sanitarista se ocupa de los palnes sanitarios, también se controla la faena, o la triquinisos, y en cada etapa de la producción hay incumbencia del veterinario en distintos animales”, explicó Ignacio.
“En cuanto a equinos siempre es lo mismo, con un sistema de producción, cría y recría de hembras, y también reproducción. En este momento hay trabajos en administración, gestión, asesoramiento y son puntuales de los establecimientos, que trabajan en equipo con productores e ingenieros. También en las investigaciones participamos mucho” comentó, “así como en el engorde a corral (con alimentos balanceados) y en los feedlots. Hay un cambio en la forma de pensar del productor, que llama más seguido al veterinario para prevenir, y eso es bueno, porque así se ahora dinero y también puede evitar la muerte de animales en casos de enfermedades, pero al hacer prevención y control, se evitan problemas”.
Crecimiento del
sector apícola
La charla con los veterinarios también permitió conocer otros aspectos y otros sectores donde estos profesionales son requeridos. Porque -como se dijo al principio- la gente tiene en cuenta en primer lugar a los veterinarios de animales pequeños, pero también hay de grandes, y ahora puede comenzar a “descubrir” que los conocimientos, experiencias e iniciativas, también se aplican en lo que es el sector apícola.
Por ejemplo, la doctora Amanda Ormazabal integra la Cooperativa Apícola de Olavarría, que continúa creciendo año tras año, y ella lo cuenta: “estamos exportando miel. Se formó la cooperativa en el año 2000, y hace tres años que creció muchísimo. La cooperativa local nuclea a 64 productores, quienes trabajan mucho para tener producción de miel. Ya estamos en el contenedor número 12 que se vende a Japón y a Francia, lo que ya hemos concretado con creces. Se está negociando ahora con otros países para continuar exportando. Francia, por ejemplo, nos pidió miel que no tenga sabor a eucaliptus, y a esas exigencias las cumplimos perfectamente”, dice Amanda.
“El rol del veterinario es sumamente importante en el sector apícola, porque controla el uso de medicamentos, cómo lo ponen, asesora permanentemente e influye en el producto final de la miel. Quizá no hay conciencia de pagar todavía, pero los productores preguntan permanentemente. Las enfermedades de las abejas tienen virus o bacterias, y es una producción más, como cualquier otro animal. Esta cooperativa necesita un control de trazabilidad del producto, para mostrar su calidad, y el profesional veterinario certifica esa calidad”, terminó contando Amanda.
(Nota publicada en Diario EL POPULAR, el 6 de agosto de 2016)