
(3//Sep/16) Su padre Gregorio comenzó, hace ya más de cinco décadas, a poner las bases a esta empresa que se instaló en el centro de la provincia de Buenos Aires para ser proveedora de los productores del agro. Daniel Sánchez, ahora al frente, continúa con ese legado de la mano de las maquinarias Pauny, de la que es representante exclusivo.
Desde hace 53 años que nació la empresa de Gregorio Sánchez (86). Con él estuvo siempre su hijo Daniel (56), más precisamente desde 1980. “Yo tenía 19 años cuando empecé con mi viejo. El fue gerente de territorio de John Deere, después se asoció con gente de Olavarría y montaron la concesionaria. Posteriormente continuó solo y luego me incorporé yo, acompañándolo” cuenta Daniel Sánchez.

“Primero arrancó con la concesionaria en Azul y después se vino a Olavarría, en un galpón en el barrio Mariano Moreno. Fuimos creciendo de a poco, luego puso el negocio frente a la escuela Agricultura y logró montar la concesionaria en donde estamos ahora, en Avenida Del Valle 5530”, siguió diciendo Daniel.
“En realidad, mi padre comenzó a trabajar en Agarcross, que era distribuidora de John Deere en la Argentina. Cuando esta empresa viene al país mi papá pasó a formar parte de los primeros empleados de la compañía, siempre cumpliendo la misma función: gerente de territorio. Tuvo algunas propuestas de otras marcas para llevarlo, pero John Deere le propuso que formara una sociedad y se instalara en el centro de la provincia de Buenos Aires. El había nacido en Casbas. Y se instaló en Olavarría junto con un grupo importante de personas y formaron la sociedad que se llamó El Triunfo, donde hoy está la iglesia de Cosecha Mundial”, siguió contando acerca de la historia de la empresa.
“La circunstancias se fueron dando para continuar solo. Empezó con un cliente en Azul y ya se instaló definitivamente acá, solo. Ahí fue armando la empresa. Mi papá siempre quiso que estuviera acompañándolo, por supuesto. Yo terminé el secundario en Industrial y me puse a trabajar con él” agregó Daniel, quien también es piloto de avión recibido en la década del `80. “Después de tener un accidente grave, de vehículos, empecé con lo de los aviones. También hice paracaidismo. Fui piloto de planeador, de avión con motor, también rugbier durante varios años y martillero público”, contó.
Respecto de la situación actual y de cómo va marchando la empresa, Daniel Sánchez señaló que “entiendo que fueron demasiado grandes las expectativas de un cambio brusco luego de diciembre. Yo en eso era bastante reservado, porque las cosas venían mal. Considero que estamos esperando el gran cambio y ese gran cambio va a tardar. Hoy para el campo las condiciones son distintas que para el resto. Por ejemplo, el precio de los cereales es bueno y, por otra parte, los valores de la carne ayudan mucho. Históricamente, comprar 70 HP equivalía a 3 jaulas de novillos gordos, y hoy con esas 3 jaulas se compran 140 HP prácticamente. Esa relación es excelente. Lo que pasa es que la expectativa, en pensar en baja de tasas, le pone un freno a las operaciones, porque al tener una idiosincrasia de que se puede hacer algo mejor, generalmente todos esperamos. Pero no veo que haya un gran endeudamiento en el sector agropecuario, como ocurrió en el año 2001. Las condiciones son distintas, es decir son mejores. Estamos mejor que en aquel momento, aunque aquella devaluación ayudó para salir de las complicaciones más rápidamente. Están las condiciones dadas para comenzar a crecer y entrar en movimiento, y si el país se pone todo en movimiento ayuda a la industria enormemente. Esta expectativa desmedida de un cambio brusco va a tardar en el tiempo, ya que las cosas se venían haciendo muy mal y hay muchas cosas por acomodar”, continuó explicando el joven empresario olavarriense.
“En mi empresa necesito más gente, pero estamos cautos en incorporar porque esperamos que el mercado se vaya moviendo un poco más. Los intereses para los créditos no son malos, pero tampoco es la panacea, todo hablando respecto de la inflación que tenemos. Las operaciones que se hacen puntualmente son con gente que está necesitando las máquinas. Es así” agregó Daniel, padre de dos nenas (Lara, 15, y Lola, 12), junto con su esposa Viviana Benito (47). “Una de las nenas, Lara, se dedica a la fotografía, y Lola al tiro deportivo”, dice orgulloso.
“Hoy somos concesionarios oficial Pauny. Hace tres años dejamos de trabajar con John Deere para comenzar con esta empresa que es de Las Varillas, Córdoba, que se dedica a la parte agrícola e industrial, ya que también fabrica motoniveladoras de 160 y 180 HP. Después tiene todo para el agro: tractores de todas las potencias, desde 80 caballos de fuerza hasta 320 HP. Pauny ha crecido muchísimo en los últimos años y es la fábrica que más tractores vende a nivel nacional, ya que está en el orden de los 1.400 tractores anuales, y el crecimiento es continuo. Incorporó muchos modelos nuevos, de 80 y 100 HP con retromarcha, que son especiales para uso de henificación, y son los modelos 180 y 210”, explicó.
“Después, en potencias grandes, tenemos tractores convencionales hasta 180 HP, y a partir de los 200 caballos ya son articulados. De ahí vamos a tractores hasta los 300 HP, que hemos tenido la suerte de vender uno, de la línea Bravo, que es de los más nuevos y que estuvo en exposición en AgroActiva, que viene con motor Cummins, con inyección electrónica. Se lo vendí a un productor de Olavarría, precisamente. Y en motoniveladoras Pauny ha ido perfeccionándose y sigue en crecimiento, e inclusive hay muchos municipios que tienen ese producto de Pauny. Se está trabajando horas extras en la central de Las Varillas, no da abasto, y hay un gran desarrollo a tal punto que el área de armado se está ampliando porque se vende cada vez más”, continuó explicando.
“Es que se trata de un producto nacional y eso es una gran ventaja. Los tractores grandes lo único que tienen importado es el motor, que sigue siendo Cummins –es una empresa norteamericana- en los grandes, mientras que en los tractores chicos, de 80 y 100 HP, el motor es MWM, también de industria nacional. En tanto que las motoniveladoras vienen con caja importada. Después, todo lo demás es nacional y el armado completo se hace en Las Varillas, ya que es una fábrica que está creciendo enormemente, que ha sido remodelada, como cualquier fábrica de punta del sector”, señaló Sánchez.
“Pauny también tiene un círculo de ahorro previo, por lo que los créditos son muy buenos, y se hace desde los bancos. Es que por ser una empresa de industria nacional tiene algunos beneficios dentro de las condiciones comerciales y cuenta con ese plan de ahorro para la adquisición de los tractores, que es sumamente interesante. Es parecido al de los autos, pero con menores costos, de 48 y 60 cuotas, y va uno por sorteo y otro por licitación. Y dentro de lo que es vial, estamos trabajando con la firma TBEH, que tiene una línea de niveladoras de arrastre, de livianas a pesadas, con patas de cabra y palas de arrastre de gran capacidad para movimientos de suelos, y un emparejador de caminos que es pesado, con un sistema patentado por la empresa”, terminó diciendo Daniel Sánchez.
“Quiero decir algo que siempre afirmó mi padre. El nunca estuvo equivocado en el negocio que emprendió, porque decía que el hombre de campo es una persona que siempre –cuando tiene posibilidades- apunta a seguir produciendo y a generar nuevos negocios. Siempre está trabajando y generando, invirtiendo, para producir más y mejor. Y es así. Para mí es un orgullo continuar con la tarea que empezó mi viejo”, dijo finalmente Daniel Sánchez. (Nota publicada en Suplemento de la Industria, de Diario EL POPULAR, el 2 de septiembre de 2016).