
(13/Sep/16) En el cierre del Segundo Simposio Valor Ganadero se destacó el potencial que la Argentina aún conserva para desarrollarse desde el agro, la ganadería y la producción de alimentos. El cierre del evento organizado por ACA los días 8 y 9 de septiembre, en Rosario, ante la presencia de 650 productores y técnicos, y 425 participantes vía transmisión on line, estuvo a cargo de Héctor Huergo, editor del suplemento Rural del diario Clarín, y Víctor Accastello, Director de Insumos Agropecuarios e Industrias de ACA.
En su presentación, Huergo recalcó que “erróneamente se ve a la cría ganadera como algo natural o extensivo, sin dársele todo el valor que tiene, y otorgándosele más importancia al engorde y a la terminación, pese a que a los 9 meses se producirá un ternero que, 8 meses después, tendrá 200 kg”.

Para Huergo, la ganadería le agrega valor a la agricultura y la visión de que el maíz sin retenciones atenta contra la actividad pecuaria es una idea vieja. “La ganadería tiene que tener una competitividad sistémica que se logra con tecnología en la producción y con una eficiente comercialización, agregándole valor a la fotosíntesis primaria”, sostuvo y enfatizó que “en la aplicación de tecnología, la ganadería ha perdido desarrollo respecto de la agricultura, ya que implica un proceso costoso desde lo productivo, ambiental y económico”.

Al respecto, agregó que pese a que existe una demanda mundial de carne vacuna que espera por los productos argentinos los rumiantes son ineficientes en convertir forraje rústico en carne y por eso el mundo mira al país, por las emisiones de metano de la producción ganadera de carne vacuna, un gas 20 veces más nocivo que el dióxido de carbono. Por eso la Argentina debe tener una respuesta técnica ante este cuestionamiento para atenuar el impacto emocional y comunicacional que tendrá ese ataque que inexorablemente llegará desde los mercados mundiales.

Recordó que el 40% de las emisiones totales de metano corresponden a la producción vacuna y producen calentamiento global. Se dan con exceso de pasto de mala calidad. En este sentido, sostuvo que “el destete hiperprecoz hace que la vaca no emita inútilmente gases por meses cuando no está preñada. Hay que reducir técnicamente esa emisión con alimentos mejores y mayor productividad”. Al respecto agregó que para combatir dialécticamente este cuestionamiento, también influirá el mayor peso de faena, ya que la incidencia de las emisiones será menor si se produce más carne por animal.

En cuanto al mercado mundial, citó la creciente demanda china de alimentos por mayores volúmenes de población que incorporan proteína animal en sus dietas, así como el aprovechamiento energético del maíz y otros cultivos en la producción de etanol, y la generación de biogás, vinculada a la producción animal.
“Sudamérica es el mayor lugar donde se puede aportar el insumo más crítico de la industria alimenticia a nivel global, la harina de soja, que reemplazó a la harina de pescado peruana y no paró de crecer hasta nuestros días primero en Brasil y luego en la Argentina”, señaló.
Para Huergo, los desafíos que se plantea la cadena ganadera, además de lograr más eficiencia para reducir las emisiones de gas de metano, son el cuidado del bienestar animal, los ataques del “veganismo” y la estrategia de comunicación que requiere para enfrentar esos cuestionamientos.

Desde el punto de vista político-económico local citó como “verdaderas amenazas” el que definió como “don y derecho adquirido de la carne vacuna”, que hay que buscar combatir con más producción de carne de cerdo y pollo, así como la informalidad de la cadena. Aquí citó a los matarifes que “no solo complican lo sanitario sino lo impositivo y económico”.
Por todos estos motivos, recalcó que se amplió la brecha entre tecnología agrícola y ganadera y advirtió que “tenemos una ganadería ineficiente y con muchos deberes por hacer, ya que quedó como una actividad muy conservadora, donde aún se manejan modelos antiguos”.
“El nuevo paradigma es el de la agricultura para la ganadería entrando a una ganadería más científica con inseminación a tiempo fijo, destete hiperprecoz y uso de toros probados. También el macho entero joven, sustituir el engorde de la vaca por la ración total mezclada (TMR) en un mixer y no esperar todo del pastoreo”. Al respecto señaló que el silo de maíz y el uso de subproductos integrados a su utilización, fue un salto fenomenal en la ganadería de carne y leche, así como el empleo de premixers y mixers, no obstante lo cual actualmente es excesivamente caro y habría que reformularlo.

Finalmente, citó otros rubros donde la producción agroindustrial argentina es líder, como el biodiesel y la glicerina fina de origen vegetal, utilizada en la producción alimentaria, todos subproductos del complejo sojero. “Se hizo todo esto a pesar de los obstáculos. No tengo dudas, hay tecnología. Sigan teniendo fe porque nuestros productos tienen demanda, aun cuando esté todo distorsionado por la mala praxis”, dijo Huergo al concluir su alocución.
El balance del Simposio y novedades de ACA
Finalmente, Víctor Accastello, Director de Insumos Agropecuarios e Industrias de ACA, expresó su satisfacción por el desarrollo del Simposio que reunió a 650 productores y técnicos en Rosario y a otros 425 que lo vieron a través de Internet.
Además de destacar y agradecer los principales conceptos de los disertantes, señaló los avances de ACA en materia agroindustrial y de respeto al medio ambiente. Al respecto citó el caso de ACA Bio, la sociedad entre ACA y 63 cooperativas para producir etanol y un conjunto de eco productos, en Villa María, Córdoba, al que calificó de “un ejemplo de asociativismo exitoso”.
Al respecto, señaló que el criterio ambiental es el filtro por el cual se decide o no cualquier inversión industrial de ACA, razón por la cual hace un año están midiendo, a través de una cámara metabólica, la emisión de gas metano de los terneros alimentados con el sistema Ruter. “Se trata de un programa de 3 años, cuyos resultados preliminares arrojan que con el sistema de crianza Ruter, los terneros emiten menos metano y otros gases de efecto invernadero”, destacó.
Agregó que “otro ejemplo es el recupero del dióxido de carbono de la producción de etanol en la planta de ACA Bio, desde hace 8 meses, proveyéndole ese gas a otra empresa de Villa María que lo producía para bebidas gasificadas, a partir de combustibles fósiles, creando así valor ambiental”.

Por otra parte, Accastello anunció que la última decisión industrial de ACA es construir una planta de recupero de envases plásticos, a partir del reciclado de bidones de agroquímicos y silos bolsas utilizadas por los productores.
“Vamos a recuperar al menos el mismo volumen de plásticos que ACA envía al mercado, obteniendo como producto final un pellet de plástico reciclado para vender a industrias que utilizan tal materia prima. El proyecto es una extensión positiva del negocio de agroquímicos y silos bolsa, porque no nos sentíamos cómodos con el pasivo ambiental que nos dejaba el negocio de fitosanitarios y Pentasilos”, concluyó.
Acerca de ACA. Fundada el 16 de febrero de 1922, ACA, la Asociación de Cooperativas Argentinas, es una Cooperativa de Cooperativas que nuclea a 154 entidades de primer grado. A través de centros operativos en las distintas ciudades del país, tiene presencia en la Ciudad autónoma de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Bahía Blanca, Necochea, Tres Arroyos, Pergamino, Junín, Santa Fe, Paraná y General Pico. La comercialización de la producción agropecuaria, que incluye la industrialización y los servicios anexos, como son la logística, los puertos y el financiamiento es uno de sus objetivos principales. El segundo objetivo, en cambio, tiene que ver con la elaboración y distribución de prácticamente todos los insumos que son necesarios para el sector agropecuario. Web: www.acacoop.com.ar