
(17/Oct/16) Estaba feliz Alejandro Ezequiel Spinella luego del 11mo. remate anual de su cabaña, Don Romeo, el viernes 14 en el predio de la Sociedad Rural de Olavarría. Y no era para menos, porque los 100 toros y las 500 vaquillonas AnGus se vendieron con excelentes precios y fue realmente una gran fiesta ganadera, que comenzó con un almuerzo espectacular y siguió en la pista de venta, con animales excelentemente presentados. El joven cabañero olavarriense luego habló con todos los medios y esta fue su palabra con campoindustria.com:
“Ampliamos esta vez la oferta de toros para amortiguar un poco el precio, así que desarrollamos distintas alternativas buscando el objetivo de que el productor pueda acceder a los toros de Don Romeo como también en la enorme demanda de vaquillonas, y te das cuenta que ni poniendo 600 pudimos dejar a todos contentos. Había vaquillonas para entorar que hicieron el mismo precio que vaquillonas a parir, entonces realmente fue una jornada que me dejó feliz”, comenzó diciendo Alejandro
—El valor de las vaquillonas fue destacadísimo, en el cierre más importante de toda la campaña…
Si, si. Estamos satisfechos porque el trabajo fue enorme. La presentación no fue casualidad y fue un bloque de punta a punta, desde la cabeza del puro controlado hasta la del corte estaban parecidas. La genética es la misma, se trabaja con el mismo profesionalismo e interés en las inseminaciones y en los repasos, ya que repasamos con toros de pédigree todas las vaquillonas madres AnGus seleccionadas y todo este trabajo, meticuloso diría, de alguna manera dio sus frutos.
— No solamente hubo mucha cantidad de hacienda, sino que hubo mucha mano en cada uno de los lotes…
Sí, porque esa fue la constante en las vaquillonas. Terminamos por el techo con esas vaquillonas de primera parición, paridas con un ternero al pie, traídas del campo porque el objetivo era mostrar a cada uno de los que se lleven las otras a parir que es lo que van a tener dentro de unos meses.
— ¿Conforme con la expectativa que tenías para la venta de toros?
Sí, absolutamente. Estoy conforme y se acaba de terminar el remate más grande del año, creo yo del país, en AnGus, en vientres a disposición, con quinientas vaquillonas. Fue un desafío fantástico poder lograr esto. Este año fue para nosotros muy importante en cuanto a premios, como la Reservada Gran Campeona de Palermo, la Reservada Gran Campeona en el Nacional de Olavarría, y cerrarlo así con esta tremenda venta de madres claramente indica el interés que hay, diría, en el país. Porque había productores desde La Pampa a Córdoba, también de Bahía Blanca, es decir que de varios lugares había interés por las vaquillonas.
— ¿Los precios que se consiguieron eran los que esperabas, porque estuvieron por encima de la media…?
Si, sin dudas. Estuvieron muy por encima, calculo que un quince o un veinte por ciento, y en algunos corrales el 30 por ciento por encima de lo que venían haciendo otras cabañas en categorías parecidas. Pero uno está tranquilo, porque no es que se pagaron caras sino que las vaquillonas son muy buenas. Trabajamos mucho para eso, ya que conseguimos una genética compacta y que da sus frutos, lo que hace que la gente lo valore y pague un precio diferencial por todo el trabajo que hace nuestro equipo.
— ¿Hace unos años, cuando comenzaste, pensaste que ibas a estar entre los tres mejores cabañeros del país?
Es muy difícil afirmar que uno esté entre los dos o tres mejores, porque ser mejor es absolutamente relativo a un criterio. Yo creo que lo que la gente valora y pone como mejor es una oferta muy grande de vaquillonas y te cataloga, o paga un precio por encima de los promedios, que certifica la calidad del producto. Vender quince, treinta o cincuenta puede ser casualidad o ser producto de alguna alternativa o alguna coyuntura, pero vender a un precio tan considerable un lote tan grande habla de que mucha gente se va contenta cuando lleva nuestro producto. Y gran cantidad de gente hoy compró y es la misma que ha comprado en años anteriores.
— ¿Qué promedio se hizo en toros y en vaquillonas?
En toros estuvo en el orden de los 40 mil pesos, en los puros controlados, y en las vaquillonas bastante por arriba de los 20 mil. Absolutamente conforme, porque la hembra pura controlada anduvo en los 26 o 27 mil, y en general de punta a punta del remate anduvo en 23 o 24, pero más allá de los promedios, realmente fue un rematazo.
— ¿Ahora a qué apuntás, cuál es el próximo objetivo, porque la vara está cada año más alta?
Todo esto tiene un límite. Realmente hay que mantener todo esto, y no es porque uno baje las expectativas ya que hay que moverse en el terreno de lo posible. Pero se trabajó mucho para lograr esto y realmente quedé muy conforme.
— Y eso que el clima no acompañó durante el remate…
Con este clima y estas condiciones tuvimos mucho acompañamiento, con tribunas llenas en la Sociedad Rural de Olavarría. Tuvimos que hacer más lugar porque la gente no entraba, y eso significa que la gente está eligiendo a Cabaña Don Romeo para venir a ver nuestro producto. Después puede comprar o no, y se verá si el producto está dentro de sus expectativas, pero fue tremendo el acompañamiento de la gente. Además, con precios controlados en la pura controlada. Nosotros habíamos pensado en tener toros para todos los precios y el objetivo fue cumplido. Hicimos más toros que el año pasado porque me había quedado la sensación no del todo linda con los súper precios de 2015, pero también hubo gente que se quedó sin comprar. Entonces fue la idea subir la oferta para todos aquellos que venían por un toro, independientemente del precio, para que se vayan con ese toro que necesitaban. Hubo tres o cuatro corrales que Santiago decidió pasarlos, y ahora están desesperados por llevárselos. Yo diría que hay otro remate en la oficina, y no somos de la idea de continuar con el martillo, pero sí entendemos que fue un día complicado, que la gente se perdió el arranque del remate por una desinteligencia con el sonido, que se superpuso con el sector del almuerzo, y se perdió la venta de una gran cantidad de toros. Lo de las vaquillonas fue tremendo, con un promedio de punta a punta realmente excelente, con las seleccionadas y las para entorar fueron pasando y eso que sonaba atrevido poner una oferta de 600 vaquillonas, pero lo hicimos porque después vimos que sobraban las manos. Veía la tribuna y había manos que se levantaban de todos lados, y eso fue emocionante también. El potencial genético que le metemos es enorme, por lo que fue un remate que me deja feliz.
— Refleja el trabajo en equipo, desde lo que armaron para el almuerzo y lo que fue la previa, hasta el remate mismo, con todos los detalles calculados y que sea una fiesta, lo que invita a que la gente venga. Es que en un remate anual lo que se busca es que sea una fiesta…
Si, por supuesto. Si uno se aparta un poco de lo que significa armar la torada y preparar la oferta de vaquillonas, el interés comercial está. Y si vamos a los resultados de este año, con la abanderada reservada gran campeona de Palermo con Lucas, la reservada gran campeona en el Nacional de Olavarría, sin dudas son dos banderas para una cabaña tan, tan joven como Don Romeo, y entonces eso merece un festejo. Todos los chicos del campo y los chicos de acá, con el personal técnico, hay hecho un trabajo enorme durante todo el año y merecen una fiesta así. Entonces el espíritu de la familia es, más allá de que todos colaboran, trabajar para cerrarlo con un gran festejo. Hoy se dio la fiesta que bien merecida tienen todos los que hacen Cabaña Don Romeo. Y pese a la lluvia la fiesta se hizo, fue un fiestón y un rematazo, sacándolo adelante con los toros a cara lavada y con las vaquillonas bajo la lluvia, lo cual es el peor de los escenarios donde uno puede mostrar la hacienda bajo un diluvio y se defendió de manera brillante. Tanto mi equipo como la hacienda de mi cabaña son mi verdadero orgullo.
— Se vio buena calidad de hacienda, mucha concurrencia, y todo el trabajo se plasmó en cada lote…
Realmente es así. Mostrar la hacienda a cara lavada casi en el barro, porque la paja de la pista termina siendo un fandango, es difícil, y las vaquillonas y los toros se defendieron. La tribuna estuvo ambientada, pero hubo que sacar cortinas porque estaba repleta. Explotó, y esta no es una Rural fácil de llenar, por lo que todo me llenó de orgullo. No sé cómo se vio de afuera, pero para los que trabajamos desde adentro fue increíble.
—Era el último remate del año y los productores tienen casi todas las compras hechas, pero igualmente se lograron muy buenos precios…
Por lo que nos dijo todo el periodismo fue el remate más grande del año en oferta de vientres. No es poca cosa ofrecer 600 vaquillonas a la venta y lograr esos tremendos promedios, eso no es casualidad. Las vaquillonas no fueron caras, sino que la gente valora el producto y puede parecer un precio alto, pero realmente tienen adentro un trabajo enorme, ya que más del 70 por ciento estaban preñadas por inseminación, los toros que ponemos son de primer nivel, la preparación realmente estaba muy bien hecha. Uno hace mal hablando de eso, pero viajamos, nos comparamos, vamos a muchos remates y ofrecer 600, con este nivel de consistencia, no es poca cosa.
— ¿Ya estás trabajando para el año que viene?
Mientras estábamos acá, armando el remate y durante el remate, gente de mi equipo estaba en un campo de Espigas inseminando vaquillonas. Es decir, mientras estaba la fiesta en la Sociedad Rural había un equipo alternativo de profesionales que sigue trabajando, y no para el año que viene porque las preñeces que logramos ahora son los animales que vamos a vender en 2018 y 2019. Todo esto habla a las claras de que el pilar más fuerte de la cabaña Don Romeo es el gran equipo de trabajo, que tiene la camiseta puesta, y están debajo de la sombrilla de un emprendimiento enorme y destacado, que va para adelante. Primero está la bandera de la cabaña y después vamos todos detrás. Yo por ahí diseño el rumbo de este barco, pero la realidad es que remamos todos en este viaje.