
(5/Nov/16) El año ya está en la recta final, y las perspectivas de precio para el ternero parición de otoño se vienen cumpliendo. Pero el novillo no ha acompañado tanto como se esperaba, a lo cual se suma el aumento de insumos para los feedlots, generando un desfasaje bastante complicado. Según el consignatario Ezequiel Hourcade, las razones no deben buscarse en el sector agropecuario, sino en la falta de poder adquisitivo del consumidor. El consignatario Ezequiel Hourcade habló de las perspectivas.
El precio del ternero sigue firme, y responde a las expectativas que se tenían a mediados de año, con valores que rondan los 40 pesos, y hasta más en el caso de las categorías más livianas. Esta situación es habitual en esta época del año, por funcionar a contraturno del grueso de la oferta. Pero el valor del novillo no se ha logrado recomponer, quedando bastante retrasado en relación con lo que se esperaba, comprometiendo los márgenes necesarios para que el negocio conjunto funcione de manera articulada.
“El precio de la hacienda está atado al bolsillo de la gente, creo que puede afirmarse que es la principal razón por la cual el precio se va a mover”, asegura el consignatario Ezequiel Hourcade. “En una zona de cría, como la nuestra, eso nos pone contentos; los precios son buenos. Pero al gordo le va a costar muchísimo sostenerse, ni hablemos de subir”, agrega.
“El ternero está cumpliendo con lo que se preveía, los valores que se hablaban hace unos meses para fin de año, pero el novillo sigue estando en el valor que estaba, y parece que va a seguir estándolo porque no hay razón que permita subirlo. Estamos entrando en una recesión, donde todo está muy tranquilo para poder contener el mercado y la gente consume menos carne, entonces cómo vamos a pretender que el precio suba”, manifiesta.
“Entonces, hasta que no haya algún desenlace con ese tema el precio del novillo se va a mantener, y el precio actual del ternero no va a ser tan fácil de sostener. Vamos a ver qué pasa cuando venga la zafra en marzo del año que viene, porque ahora ya estamos en lo último. Esto también responde a una cuestión del momento, donde incluso influyen cuestiones impositivas a la hora de las compras”, remarca. No obstante, considera que el valor actual del ternero considerado en conjunto con el aumento de costos en los insumos, hace que el negocio se vuelva inviable para los feedlots.
Comparando
La cuestión que aparece en situaciones como esta es preguntarse si, más allá de cuestiones cíclicas propias del negocio, el valor del ternero es alto, o si el del novillo es bajo. La respuesta, según Hourcade, viene de la mano de un análisis comparativo de la carne y otros productos.
“Tenemos que analizar cuál es el precio de la carne en relación con otras cosas. Por ejemplo, lo que vale un kilo de milanesas hoy está por debajo de todos los parámetros que tenemos habitualmente. Por ejemplo, una referencia que suelo tomar: un kilo de milanesas debería valer lo mismo que cuesta una pizza especial, que hoy cuesta $ 150. Pero el kilo de milanesas está en $ 100, es decir una diferencia porcentual muy importante”, indica.
“No son variables agronómicas o macroeconómicas, sino cosas de la vida diaria que uno siempre mira porque está en este negocio. Por ejemplo, el precio de la verdura ha subido mucho, hay otros productos que también han aumentado pero la carne no porque el consumo ha bajado. Entonces, no pueden sostenerse estos valores si no se sostiene el consumo”, apuntó. “Si se subiera el precio, la gente consumiría inclusive menos. A pesar de la cuestión cultural, se está comiendo menos carne”, agregó Hourcade.
Respecto de la pregunta central, Ezequiel Hourcade considera que una baja en el precio del ternero implicaría una merma de rentabilidad para el productor de cría, pero hay cierto margen donde el negocio sigue siendo rentable. La preocupación en este momento deberá estar puesta en el productor de feedlot, que no pueden sostener el nivel de los costos. El criador dejaría de ganar algo, pero el paso siguiente directamente está al borde de ser inviable.
Alternativas
A la hora de analizar las alternativas de solución, Hourcade menciona que hay varias cosas que pueden hacerse y que se vienen conversando desde hace mucho en las esferas políticas y económicas, aunque también los productores tienen una tarea y una responsabilidad por delante.
“Hay estrategias y salidas, que cada uno va a ir aprendiendo. Si vemos que el año que viene se abre fuerte la producción, vamos a tener que aumentar el peso de faena. Hoy faenamos terneros de 300, 320 kilos, que en otros países serían considerados invernada, pero acá un feedlot no tiene margen para llegar a un novillo de 400 kilos”, explica.
“Es necesario que haya recrías más largas, tienen que reaparecer los invernadores o inclusive recriadores, que es un rol que en esta zona se dejó de ver, gente que se dedica a continuar la recría propia o de terceros luego del destete. Pero para eso tiene que abrirse fuerte la exportación, entonces va a haber carne para exportar, de novillo, y quedará la vaquillona para consumo interno”, explicó.
Para Hourcade es fundamental volver a articular los negocios y reflotar algunos pasos intermedios en la cadena de producción que fueron dejados de lado por circunstancias de mercado. Un requisito previo, indispensable, es contar con claridad y previsibilidad en las condiciones de negocio, ya que si no todos los años la situación es diferente, y un cambio en el valor del ternero o del cereal hace que cosas que eran ventajosas se vuelvan inviables.
“Tenemos que volvernos menos especulativos y más productivos. Hasta ahora venía siendo muy especulativo; hace dos años que venimos trabajando a fuerza de inflación, siempre tirando la pelota para adelante. Por ejemplo, no podemos aceptar un 40 % de interés en la toma de un crédito pensando en que los precios van a subir. Tenemos que enfocarnos en producir más y mejor, mejorar los índices de preñez, de destete, la sanidad, y no tanto en apostar a que el precio vaya subiendo. Comprar un ternero a $ 40 pensando en vender en $ 42 el novillo está bárbaro, pero este año se compró a $ 36 y se está vendiendo a $ 32”, enfatiza.
Otros dos puntos centrales, según Hourcade, que se vienen trabajando desde hace tiempo pero cuya implementación sigue estando un poco lejos, es el tema de faenar por corte y dejar de lado la antigua práctica de la media res, por un lado, y el paso de considerar la carne como un commoditie, para considerarlo un producto diferenciado. (Fuente: Suplemento Campo Productivo, de Diario EL POPULAR. Nota: Miguel Viñuales).