Leticia Sacco, esposa y mano derecha de Sergio “Pope” Amuchategui: “Se trabaja fuerte y se sueña mucho”

POR DARIO FARIÑA. Se la ve siempre en cada remate de Rústicos. Infaltable. Es que su esposo, Sergio “Pope” Amuchategui, fue quien tuvo la idea de crear estos remates –generalmente en la Sociedad Rural de Tandil- que tienen un cierre de año en Claromecó, en la carpa que a fines de noviembre se levanta en la playa, a metros del mar, donde la firma Alfredo S. Mondino hace la venta de vientres. En el último fueron 1.351 hembras las que se vendieron, por ejemplo. Fue una fiesta esta cuarta edición del Rústicos, al lado del mar y con ventas excelentes.

Y ella, Leticia Sacco, está ahí. Mano derecha, apoyo incondicional, respaldo, esposa, madre y, también, la que fue aprendiendo del rubro y hasta levanta la mano para comprar algún lote (como ocurrió en Tandil). Pero ella es quien está junto –no detrás- de Sergio.

La vida los juntó hace casi dos décadas. Sergio (58) hace muchos años que trabaja con y para la consignataria de Del Campillo, ya son familia con los Mondino (sobre todo, con Roberto, uno de los mejores martilleros de la ganadería argentina) y ella, Leticia Sacco (37), es su esposa. Juntos son padres de Juana (8), más allá de que “Pope” tiene otros dos hijos –y una nieta- de un matrimonio anterior, según contó Lety.

La vemos siempre, cada vez que campoindustria.com está presente en el remate de Rústicos. Y en Claromecó, finalmente, aceptó a contar un poquito de su historia. De blanco total, no pasó inadvertida y un par de medios fueron a buscarla para hacer entrevistas, a la que es un tanto reacia más allá de que desborde simpatía y se ría casi permanentemente. Así es Leticia, esa es la imagen que da, y pudimos conocer un poco más lo que hace junto a Sergio, el creador de Rústicos.

“Vivimos en Tres Arroyos, pero yo me crié en Claromecó hasta que terminé el secundario. Mis padres (Oscar y María Isabel) son jubilados; mi mamá nació en Claromecó y todavía vive acá, en tanto que mi papá vino de más grande” comenzó contando Leticia, quien dijo que “tengo dos hermanos por parte de padre”, mientras hablaba con campoindustria.com al lado de la carpa, con el mar de fondo.

“Amamos todos Claromecó. Por eso la idea de hacer el remate acá. Un día estábamos sentados en la playa con Sergio, septiembre creo que era, un día soñado, no había viento  y sí mucho sol, un día divino. Y faltaba definir el lugar del cuarto Rústicos y en eso me dijo “acá quiero hacer el remate” contó la esposa de Sergio Amuchategui, respecto de cómo se fue gestando el rústicos en la playa de Claromecó.

“Le digo Sergio, vos estás mal de la cabeza, porque para mí era un delirio. Y se hizo nomás. Acá siempre hay mucho viento, pero Sergio es un distinto y en los tres Rústicos le tocaron días excelentes”, agregó.

“El año pasado fue un diluvio la noche anterior, se llovía todo, y si vos vieras cómo amaneció, parecía el paraíso” siguió diciendo Lety sin abandonar la sonrisa, con alguna carcajada también, como para mantener el humor que seguramente debe mantener durante todo el día. Y siguió la charla:

¿Lety, cómo es ser y qué hace la mano derecha del “Pope”?

De todo. Lo que puedo, lo que haga falta en el momento. Un poquito de colaborar con lo que se pueda. En el día a día, que es largo el año, son muchos remates, Rústicos son cuatro remates, y después también se sigue trabajando durante todo el año con este proyecto.

El (Sergio) siempre destaca todo lo que hacés, contame detalles. Por ejemplo, ¿qué?

Trato de ayudar en lo que puedo. Acompañar en general. La oficina de Sergio es en casa y entonces yo siempre digo que en mi cocina pasan un montón de cosas. Se trabaja muy fuerte y se sueña mucho. Y el fruto está acá, a la vista.

¿Cuántos años están juntos? ¿Vos lo conociste así, en este rubro?

Veinte, dieciocho. Yo lo conocí así. Fue hace diecisiete años que empezaron los remates en la primera gestión, cuando fue la verbena, y de ahí fue decantando en lo que es hoy en día. Así que hay muchos que siguen acompañando todavía y hay muchas cabañas que han estado desde el inicio, así que siempre destacando y agradeciendo a Mondino que es la firma que fue fundamental porque sin ellos sería imposible. Y también agradeciendo a todas las cabañas que nos acompañan y a todos los criadores, que a pesar del clima, a pesar de todas las circunstancias que podamos tener, siempre están poniendo lo suyo, dando una derecha. Así que sin ellos sería imposible.

Se viene el remate dentro de un mes. ¿La adrenalina empieza a aparecer ya en ese momento?

Sí. La adrenalina empieza cuando empieza el año. Todo el año es así. Es como que va pasando uno y ya empezamos a pensar en el otro, en el siguiente. Sí, es cierto, es una adrenalina constante, por ahí con los tiempos, con todo en realidad.

¿Sos un poco el oído que escucha cuando Sergio por ahí está enojado, mal, complicado, con todas esas cosas lógicas de un trabajo como este?

Intento, intento. Ya te digo, en mi casa pasan un montón de cosas. Entonces es algo diario. Uno lo vive de otras formas. No es por ahí como que él está en una oficina y no nos vemos. Entonces estamos ahí, funcionamos todos en el mismo lugar y es trabajo de equipo, digamos.

¿Te imaginabas así cuando estabas en el secundario, porque en esa etapa de la vida se va decidiendo el futuro de cada uno?, ¿Qué querías ser?

Yo quería ser psicóloga. Así que dentro de esa rama trato de aportar un poco. No, no terminé de estudiar. Y estoy acá, en los remates de hacienda, siempre al lado de Sergio.