

Alejandra Alvarez, la reina de la fotografía en Angus: “Yo estuve muchos años creyendo que iba a ser astronauta”
Comenzó a fotografiar animales al mudarse al campo con su esposo. Con una pasión por el diseño y el arte, se especializó en fotografía técnica, capturando imágenes para remates y exposiciones internacionales. Actualmente, disfruta viajando y estrechando lazos con las comunidades ganaderas.
Coberturas05 de junio de 2024





POR DARIO FARIÑA, ESPECIAL EN EXPO OTOÑO ANGUS EN PALERMO. Imposible no verla en cualquier pista donde se haga una exposición de Angus (aunque también trabaja para otras razas). Es la que anda con dos cámaras fotográficas colgando a los costados, mirando cada detalle de lo que está ocurriendo y la que se encarga de hacer las fotos de los grandes campeones, de los reservados o de los terceros mejores.
Ella es Alejandra Alvarez. Cincuenta años que cumplirá el 25 de noviembre de 2024 (“Es el mismo día del aniversario de casamiento de mi amiga Tiziana Prada con Johnny Gutiérrez”, dice) y ya hace poco más de veinte que anda de un lado para el otro sacando fotos a los toros y a las vacas.
Es la que da la orden a los demás fotógrafos. “Ahí está!, Va!” son las tres palabras que dice y los demás ya pueden sacar también la foto (podemos, porque también tenemos que “esperar su orden”). Antes, le dio una serie de órdenes a quien tiene el toro con la gente detrás para sacar la foto que quedará en la historia de la cabaña: “Acomodale la pata, un paso más, las orejas!”. Ale es la que dice cuándo y cómo hay que sacar la foto.
Una vez que la hace, se relaja y vuelve a sonreír. Se pone a charlar con quien sea, con gente de la tribuna o con el jurado, ahí vuelve a ser la otra Alejandra, la que pocos conocen. La mujer de Miguel (Machicote, cabañero de La Rubeta), la mamá de Pina o la amiga de Tiziana. Le pone pasión y responsabilidad a su trabajo, pero también explota de alegría cuando un toro que lleva su marido a bozal gana un premio.
En la última Expo Angus de Otoño en la Rural de Palermo (del 21 al 24 de mayo) esa felicidad casi se transformó en caída, cuando Julio Fernández eligió un toro de La Rubeta como Gran Campeón Macho. Iba corriendo hacia atrás y casi se cayó de la alegría, se reacomodó y enseguida fue a sacar la foto, abrazó con el alma a su esposo (valía la pena ese momento, por más que estaba trabajando) y siguió haciendo fotos.
En el mediodía del jueves, durante veinte minutos que nos regaló para hacer esta entrevista, se la vio más relajada que nunca. Y contó su vida, sus comienzos llenos de incertidumbre, sus sueños que tenía desde muy pequeña, de su faceta artística, de sus viajes, de su familia. Esta es, entonces, la foto de su vida, en una charla a fondo con campoindustria.com, en el stand de Angus:
¿Ale, desde cuándo la fotografía y desde cuándo fotografía con animales? ¿Cómo empieza toda la historia?
Yo en realidad sólo fotografío animales. Y fue por una cuestión muy particular, es que me fui a vivir al campo con mi marido (Miguel Machicote -FOTO INFERIOR-) y tenía bastante tiempo, así que lo empecé a ayudar con algunas cosas y empecé a sacar fotos. Y un día le dije a los chicos de La Rubeta, porque vivo en Rubeta, vivía en ese momento en el campo, “¿qué les parece si hacemos unas fotos de los terneros y hacemos una ficha de los terneros’”. Y Carlos Fernández me dijo, “¿qué de los terneros?, hacemos de los animales del remate”. Así que ahí empecé. Compramos una cámara y empezamos a sacar fotos para los remates de ese momento.
¿A vos te gustaba la fotografía?
A mí me gusta mucho el diseño y el arte. Entonces es algo que me es afín absolutamente la fotografía. Pero esto es muy técnico y con el tiempo lo fui aprendiendo, lo fui adoptando. Me di cuenta cómo era lo que necesitaban. Y yo sacaba fotos para que los animales se vieran bien de acuerdo con lo que ellos estaban esperando. Entonces me resultó muy orgánico poder sacar fotos de animales.
¿Cuándo empezó esta etapa, de qué año estamos hablando?
Estamos hablando del año 2000/2001, más o menos.
¿Y un día te tocó entrar a la pista?
Y un día me toca entrar a la pista. En realidad vino un día con La Rubeta para sacar fotos de afuera, alguien me dijo que tendría que entrar a la pista, así que me acredité. Me ayudaron, me acredité porque en ese momento era bastante difícil acreditarse para entrar a la pista, no entraba cualquiera. Entré a sacar algunas fotos, pero particulares digamos. Y no me acuerdo el año, pero me llama Tizi Prada, ya que somos entrañables amigas con Tiziana, y me dice “Ale, me llamaron de Angus para sacar las fotos de los premios. Si vos me acompañás, yo me animo”. Y yo dije, dale, yo te acompaño a donde sea. Y listo, así fue. Empezamos a sacar fotos juntas.
¿Ella también sacaba fotos?
Claro, sí, sí. La llamaron a ella y ella me llamó a mí para acompañarla. Y así fue que armamos, creo, el mejor dúo de mujeres sacando fotos. Hemos pasado unos años bárbaros. Ella no tenía hijos cuando empezamos, yo tenía a Pina chiquita, y compartimos toda una vida realmente.
Pero ahora sos la cara visible de las fotografías de Angus...
Sí, yo saco en Angus, en Brangus y en Bradford, acá en Argentina….
En Braford estás acomodada, jajaja
Sí, sí, jajaja, sí, exacto. Fue por eso. Porque vos sabés que en Braford sacaba ella las fotos y cuando ella (Tiziana) empezó con el tema de la institucionalidad de la Braford, fue presidenta y quería seguir sacando, pero claro, no le daban los tiempos y no le daba el rol tampoco. Así que sí, yo saco en Braford desde el 2015 más o menos. Y en Brangus hace dos años. Estuve en Hereford también un montón de años, y en Uruguay también. Así que realmente lo disfruto mucho.
Todos los que estamos atrás tuyo en la pista para sacar la foto, esperamos la orden tuya, ¿Lo sabías, no?
Sí, jajajaja, me da mucha gracia cuando yo paro los animales y hay alguien que no entiende, y se pone delante mío, y después el animal se mueve. Yo lo hago porque para mí es muy importante, pasan los años y cada vez es más importante, porque entiendo el valor que tiene una buena foto. Si vos tenés un animal que lo estuviste criando en el campo, invirtiendo dinero, tiempo, esfuerzo, estructura de una cabaña, que venga a la pista, esté mal parado y por un apuro te saquen una foto haciendo más, es lo único que te queda a vos después de esa exposición. Entonces me parece que es muy importante que el criador se lleve la mejor foto posible, que la gente vea la mejor expresión que tenga ese animal y de ahí es mi fanatismo, ya que yo siempre quiero que se paren bien.
¿Cómo tiene que estar parado el animal? ¿Qué buscás? ¿La indicación técnica?
Mirá, hay una foto que es técnica, que es la pata, empezando de atrás, que la pata esté bien aplomada, ya sea macho o hembra, que esté abierta, que se le vean los testículos, que se le vea la ubre, y después que las cabezas de las hembras estén alzadas, con las orejas siempre para adelante. Después tiene que ver con el tipo del animal, es el fenotipo del animal lo que define la parada y la postura del fotógrafo siempre, o por lo menos en mi caso. Entonces yo cuando miro un animal ya sé si va a tener foto linda o no, si va a ser fácil sacarle o no, y a lo mejor es un tercer premio, pero te puedo asegurar que es la mejor foto que vas a tener, porque hay animales que son más pisteros que otros, y hay animales que son buenísimos pero son cansinos de cabeza, entonces la foto nunca es la mejor. Yo busco una forma de foto, que eso es un vicio de mi carrera, ya que hay una cuestión morfológica que yo busco siempre, y a eso voy.
También has ido al exterior a sacar fotos porque te han llamado de otras instituciones…
Yo trabajo oficialmente en Uruguay hace muchos años, y la verdad que para mí es una satisfacción. Con Angus Uruguay. Con Hereford también estuve, pero con Angus ahora y la verdad que es una gratificación enorme trabajar con ellos porque son, allá le dicen sociedad y no como acá que es Asociación, pero es una sociedad de criadores fenomenal, de gente extremadamente cariñosa y cálida. La verdad que es un placer trabajar con ellos. El año pasado estuve en Colombia también en una de las exposiciones, y ahí vamos.
¿Por qué te llaman? ¿Porque te ven acá, por contactos, cómo es eso?
Sí, sí, porque te ven o porque me conocen por otro evento u otra persona. En el caso de Colombia yo conozco al presidente porque nos hemos visto, y viste que esto tiene sus cosas en cuanto a que la virtualidad también tiene lo suyo, y el hecho de que vos estés en un lugar y que tengas contactos y que la gente te conozca, hace que todo salga.
Viste que cuando estamos en el secundario, decimos yo quiero ser tal cosa, ¿vos qué querías ser en el secundario?
Ah, no, no, no, mirá, yo en principio quería ser astronauta cuando era chica, y mi papá me dijo que se podía, entonces yo estuve muchos años creyendo que iba a ser astronauta, sí en serio, y nunca me imaginé que iba a ser fotógrafa. Yo quería ser diseñadora gráfica, que lo soy ahora, pero sí, era como mi carrera de la adolescencia, el diseño gráfico y la arquitectura.
¿Dónde naciste y cómo es tu familia?
Nací en un pueblo chiquito que se llama Lezama. Mi familia es bastante pequeña, mi papá, mi mamá y mis hermanos. Ya no viven ni mi papá ni mi mamá, se llamaban José y Dora Edith, que era ama de casa, le encantaba tejer, le encantaban las manualidades, cocinar. Mi viejo era comerciante. En una época, hace muchos años, en los campos comenzaron a colocar equipos electrógenos de electricidad. Mi papá que era de Lanús empezó a viajar con una empresa llamada Wherthein en ese momento, que todo tiene que ver…. Y un día fue a Lezama, la conoció a mi mamá, se pusieron de novios y acá estamos nosotros. Tengo una hermana más chica y un hermano más grande. Mi hermano más grande se llama Lorenzo, vive en México, y mi hermana más chica se llama Adriana y vive en Sierra de los Padres, y tiene sus niños allá, una vida muy de sierras. Y mi esposo es Miguel Machicote, que es el cabañero de La Rubeta desde hace cuarenta y pico de años, cuarenta y dos creo, o cuarenta y tres. Y tengo una hija que se llama Delfina, pero le decimos Pina, porque le gusta que le digamos Pina, que está cursando el último año de Ingeniería Biomédica, tiene 23 años y es una divina.
¿Qué te dice cuando ve a la mamá famosa, porque sos la famosa de la familia?
Yo no me siento así para nada, no me siento famosa, para mí el famoso es mi marido. Pero ellos lo disfrutan conmigo, en algún punto tiene algo de duro esto para ellos también. Para Pina no, porque Pina vive en Buenos Aires, porque está estudiando en la facultad y entonces está como ya destetada hace un par de años. Pero sí, yo ando mucho y hay una época del año que casi que no paro en mi casa. Nosotros vivimos en Lezama, en el pueblo, sí, seguimos viviendo ahí. Pero lo que pasa es que hay un momento del año que yo viajo mucho, por ejemplo en septiembre estoy casi todo el mes fuera de casa, porque ya como me instalo en Uruguay o viste que tenés expos, hasta por quince días no vuelvo y así siempre.
Son las cosas que tiene tu trabajo por otra parte…
Pero es que este trabajo es muy estacional y tiene eso, tiene eso de divino, porque realmente viajar, entrar en la intimidad, a mí me pasa eso que tengo una particularidad de hacerme amiga de la gente para la cual trabajo y terminás después en los casamientos, en los cumpleaños. Porque tenés muchas horas de camioneta, muchas horas después cada jornada en el campo, de charlas, de vino, de cena. Entonces empezás a formar parte de esos equipos y a mí me pasa que formo parte de los equipos de trabajo. Yo enseguida me hago parte porque siento que ellos me dan una responsabilidad a mí y yo se las quiero devolver con todo lo mejor que tengo.
¿Qué es lo que más te gusta de la profesión y lo que menos te gusta?
En realidad me gusta todo, pero es una particularidad mía también, me gusta todo. Lo que menos me gusta…, no sé si hay algo que no me guste tanto, pero cuando arranca la temporada, arrancar a viajar, eso es lo que más me cuesta. Y después las horas de edición son duras, son días de poner el despertador a las 4 de la mañana y haberte acostado a las 1 de la mañana o a las 12 de la noche. Pero es tan satisfactorio que es 10/90 todo.
¿Se siente la adrenalina cada vez que tenés que salir a la pista a sacar una foto? ¿Cada vez que salís está la adrenalina presente o ya estás más relajada?
Yo tengo una obsesión: yo salgo a la pista, no importa lo que salga, yo tengo una obsesión que la foto tiene que ser perfecta, no me sale siempre obviamente, a veces me cuesta, me enojo, me enojo conmigo, me enojo por dentro con el cabañero cuando te das cuenta que tiene un animal bárbaro y al tipo no le interesa o no sabe el valor que tiene o por ahí para mí tiene más valor que para ellos. Yo siento la misma exigencia para cualquier foto.
¿Te sorprende y te gusta esto que estás viviendo?, porque mirando para atrás quizá era otra vida la que imaginabas para vos...
Sí, sí. Lo que pasa es que yo tuve una vida como normal, entre comillas, que yo lo veo así. Para mí es una normalidad. Desde que yo me casé con mi marido, que en ese momento yo no sabía distinguir una vaca de un toro. Y ahora puedo, claro. Pero te juro que cuando entramos la primera vez a Rubeta íbamos en el auto y yo dije “mirá qué linda vaca esa”. Yo haciendo un comentario como espectacular, yo me sentía como una intelectual de las vacas y Miguel me dice, lástima los huevos. De verdad que no sabía distinguir una vaca de un toro. Sí, sí, ahora sí, obvio.
¿Cómo se conocieron con Miguel?
Miguel me conocía a mí primero que yo a él, vale decir, porque ya me tenía vista, me dijo. Bueno, en el pueblo nos conocemos todos, pero yo hice un secundario de seis años con una especialización y esa especialización se hacía a contraturno del horario. Y él estaba haciendo su secundario nocturno y ahí nos conocimos. Pero después pasaron un montón de cosas y años y después nos conocimos. O por lo menos yo lo conocí ahí a él.
¿Quién es Alejandra Álvarez?
Ah, no, no, eso es bastante difícil. En principio soy un montón de cosas. Hace un par de años me preguntaron y me hicieron pensar mucho en eso. Y yo creo que todos somos varias cosas. En mi caso yo tengo como vidas paralelas, literal. O sea, tengo mi vida como mamá, como esposa de Miguel, como amiga de mis amigos desde la infancia, porque eso es lo que te da el pueblo ya que todo el mundo te conoce y vos conocés a todo el mundo. Después tengo toda una vida aparte que empezó después y se hace cada vez más grande, de viajar, de conocer gente, de tener amigos que nunca se van a cruzar entre sí, de querer muchísimo a familias enteras en otras partes y que me reciben en su casa. Entonces uno es un montón de cosas y soy la misma que toca el piano, la que pinta, la que lee, la que escribe. Entonces uno es muchas cosas.
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Por Darío Fariña. En la 81ª Expo Otoño Angus en Palermo, campoindustria.com estuvo auspiciado por Asociación Argentina de Angus y Alfredo S. Mondino como Main Sponsors. Y los Sponsors: Cabaña Don Romeo, Cabaña Zelduar, Cabaña Arandú, Cabaña La Soñada, Sáenz Valiente Bullrich y Cia SA y Transportes Don Simón.
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