Juan José Tambella: “Entrar a la gloriosa pista de Palermo y ver una fila de animales formados con sus cabañeros es inolvidable”

POR JUAN JOSE TAMBELLA, ESPECIAL PARA CAMPOINDUSTRIA. El doctor Juan José Tambella (foto principal) es un reconocido profesional que está muy allegado a la ganadería, especialmente a la raza Angus y en la 136ª edición de la Expo Palermo estuvo aportando sus conocimientos a campoindustria.com.

E inclusive, teniendo en cuenta su experiencia y amplio y profundo saber respecto de este evento que es el más importante de la ganadería argentina, estuvo en representación de nuestro medio evaluando las distintas jornadas, para luego realizar una nota que brindamos a continuación:

“Antes que nada, querría aclarar que estas líneas no pretenden abordar tantos años de historia de Palermo, historias de anécdotas, de encuentros, de desencuentros. Seguramente excede el límite de este artículo y el objeto de esta publicación. Daría lugar a escribir varios volúmenes en una actividad tan rica, con tanta intensidad, sobre la cual ya han corrido y seguramente seguirán corriendo ríos de tinta.

“Quienes vivimos intensamente Palermo desde hace 50 años o más, sobre todo en lo que hace al tema de las razas bovinas, notamos muchos cambios a lo largo de todo este extenso período. Muchos, muchos cambios. Como en la vida misma, hemos crecido viendo todo eso y lo que hace unas décadas podíamos apenas imaginar con asombro, hoy y desde hace varios años, es realidad. Los cambios en lo edilicio en el predio, desde los viejos y añorados galpones, que supieron alojar en distinto número y tipo animales de diferentes razas, sobre todo bovinas, son sólo una parte de ello.

“En efecto, hay razas que tuvieron un paso fugaz por la muestra, otras que retrocedieron y otras que avanzaron firmemente para afianzarse en el presente, en un proceso que pareciera mantenerse por muchos años. Vivimos distintos criterios, o vimos, mejor dicho, distintos criterios y procedimientos aplicables a las juras, elección de tipos de animales copiados de otras latitudes como fue el caso notorio del New Type, que llevaron a serios problemas en la producción, descuidando atributos y virtudes naturales de las razas, a criar animales hipermétricos, con problemas de aplomos, fertilidad y no tanta carne.

“Por suerte, el péndulo volvió a su lugar de equilibrio, primó la cordura y hoy se habla de estándares argentinos de cría, que son admirados en casi todo el mundo, y elogiados y por destacados por jurados extranjeros. La tecnología llegó para quedarse desde hace ya mucho, y se supera constantemente. Su aplicación en la producción, y más modernamente su utilización para crear los DEPs y el enriquecimiento de los datos que aporta la genómica, son en las cabañas herramientas prácticamente insustituibles y permiten predecir resultados con mucha precisión.

“A pesar de esto, hemos visto este año, juras totalmente fenotípicas, efectuadas por jurados extranjeros acreditados y con resultados mayormente aceptables. Obviamente, esto es un método de trabajo respetable y lo que hago respecto de ésto es una observación, es algo que hace mucho que no veíamos, y que no esperábamos. No es una crítica.

“En este último medio siglo, hemos visto ausencias y presencias políticas notorias, no sólo de figuras sino de instituciones que siempre deben estar cerca de la producción agropecuaria y no en contra de la misma, es decir en contra del país mismo. No sólo de figuras, sino también de políticas, inentendibles en la mayoría de los casos que estigmatizaban al campo, producto de decisiones que no eran propias de servidores públicos idóneos, y siempre recuerdo lo que decía un viejo profesor mío de la Facultad de Derecho cuando hablaba de Derecho Administrativo, sobre todo: al cargo hay que servirlo y no servirse de él.

“Como digo, casi todo ha cambiado, y mucho. La duración de la exposición, de casi tres semanas hace algunas décadas a once días en la actualidad; la aparición de muchas otras exposiciones y muestras de distintos rubros que se exhibían en el pasado solamente en la Rural. Algunos se han ido de Palermo para centrarse en muestras más específicas. Hace 40 o 50 años todo lo que hoy apuntala a las exposiciones, imagen, luz, sonido, etc., no estaban disponibles o directamente no existían.

“He observado con beneplácito la profesionalización y desarrollo de casi todas las asociaciones de criadores, en especial las de las razas líderes. No sólo se ve una gran evolución en el embellecimiento de sus stands en la muestra, sino que la información que brindan con el consiguiente aumento necesario de personal es notoria. La organización de charlas y jornadas de gran calidad técnica es una muestra de lo que digo, y hasta su merchandising se amplió y mejoró.

“Hay una sofisticada oferta de carne certificada gourmet, presencia de reconocidos chefs en espacios nuevos, que aporta su interesante y entretenida cuota al show. Tuve la suerte, ya hace varias décadas, de participar y ganar más de un concurso de jurados, de jurados juniors. Es un tema sobre el que quiero hacer notar que se ha extendido a otras razas, mejor dicho, a otras razas no pioneras de carne, y que su nivel y cantidad de participantes ha crecido grandemente.

“Su organización se supera año a año y los jurados oficiales brindan explicaciones muy interesantes y ricas para los más chicos, y los no tanto. Esto es algo destacable en cuanto a que estimula mucho a los que recién asoman la cabeza en esto. Entrar a la gloriosa pista de Palermo y ver una fila de animales formados con sus cabañeros, algo que antes no sucedía, es una experiencia, entiendo que, inolvidable, sobre todo para los que sueñan con algún día estar ahí.

“La creciente inclusión de jóvenes en la organización del funcionamiento de los galpones y pistas, incluyendo a los secretarios de jurados, es importantísimo. Y otro punto digno de mención entre los grandes cambios que noto en Palermo a lo largo de las décadas. Por supuesto que estos concursos van de la mano con los cursos de jurados organizados por las asociaciones, inclusive en varias exposiciones del interior actualmente.

“La federalización de las asociaciones que trajo consigo la organización de núcleos o seccionales en las distintas regiones productivas de nuestro país, es otra invitación y estímulo a que se sume más gente que siempre tiene algo valioso que aportar.

“Palermo es un pequeño gran mundo, único e insustituible. Y creo que irrepetible. Necesario, muy necesario. En los tiempos de pandemia, entre las muchas carencias que vivimos y sufrimos, añoramos Palermo, sin duda. Esa abstención durante dos años hizo que no demos cuenta lo que representa para nosotros. Es una expresión que año tras año cumple sobradamente su objetivo de divulgación de criterios y tecnologías de mejoramiento. Caja de resonancia política, empresarial, agropecuaria, institucional y social por excelencia.

“Un punto destacable es la cobertura periodística, no sólo de la exposición sino del sector agropecuario. La aparición de canales de TV exclusivos de la actividad, así como de varios medios escritos y nuevos programas radiales sumados a los tradicionales. En su mayoría con figuras muy conocedoras de lo que dicen, que saben buscar la información en el lugar preciso y que consultan a referentes de los distintos sectores productivos y científicos, divulgando opiniones autorizadas.

“La variada oferta gastronómica de Palermo es inconfundible y tentador ese olorcito a asado. Es uno de los sellos de la exposición. Las juntadas, las peñas folclóricas, las guitarreadas, las picadas en las filas de animales y en los stands y más recientemente los multitudinarios afters que comenzaron en un atractivo patio cervecero que quedó chico en espacio y en tiempo y que se mudó este año cerca del restaurante central, cubierto por un añoso árbol.

“Todos, como vemos, son grandes cambios en la exposición. Son esas movidas, modas, folclore y todo lo demás que hacen a Palermo único e irrepetible. Las emociones de los vencedores, las caras de lo que no lo son o no consiguieron serlo, el recuerdo y dedicatorias de los protagonistas que salen en la pista, a aquellos compañeros que tuvieron que quedarse en el campo para que ellos pudieran venir cumpliendo tareas sumamente importantes.

“Los que vemos desde hace muchos años jurados, vemos también la evolución de los cabañeros. Pero no me refiero tanto a la parte técnica o productiva o genética, sino a cómo los cabañeros más avezados presentan a los animales en la pista, cómo tratan con distintos cortes de pelos para disimular o resaltar algunos defectos y resaltar virtudes, cómo corrigen patas, manos, líneas de lomo, cómo tranquilizan a los animales, cómo tienen que actuar cuando un animal no los reconoce porque vienen de otras manos y tienen que calmarlo.

“Así como ponerle el cabestro más corto o más largo, trabajar con el cuerpo según el peso del animal y las modalidades de cada uno, del paso que tenga, cómo se ve el conocimiento del paso del animal, de los cabañeros, del trabajo de mucho tiempo que hay en eso, del amansamiento del animal desde que es chiquito. Eso es otra cosa que también es muy interesante y hace a la parte ganadera y muy a la exposición.

“Como digo, en estos 50 años ha habido muchos y buenos cambios en Palermo, pero lo que no cambia es la pasión por el campo y en especial lo que me toca más de cerca es la pasión por la ganadería, que eso creo eso es eterno y -gracias a Dios- creciente. Hagamos desde el lugar que nos toque en la vida que esta gran fiesta siga siendo tal, que la superación sea constante a pesar de los gobiernos, de los climas y los cambios económicos de nuestro bendito país. Que seamos capaces de transmitir a los que nos siguen en la vida el amor por el trabajo, el respeto al prójimo y a la patria”.

(Por el Dr. Juan José Tambella, nota colaboración para campoindustria.com).