Pablo Rossetti y la historia del pibe que se enamoró del campo a los 15 años y hoy, con 23, está al frente de todo

POR DARIO FARIÑA. Tiene apenas 23 años. Es un pibe, pero tiene muchísima responsabilidad sobre su espalda. Son de los que tuvieron que madurar de golpe. Y toma a esa responsabilidad muy decidido porque le gusta; aprendió día a día, escucha y él le pone muchísima actitud para evolucionar y lograr los resultados que se pone como objetivos, en un momento en el que el campo sufre algunos vaivenes culpa de la política.

Pero Pablo Rossetti le mete para adelante. Sin problemas. Tiene una tremenda actitud que le permite ir ganándose un lugar en el sector. Y desde ese vozarrón que lo hace destacar en cualquier charla, él da su opinión con firmeza. Habla poco, pero lo justo y necesario. Parece un duro por momentos, pero si uno sabe llevarlo es fácil arrancarle una sonrisa.

Tiene seis hermanos (Antonela, Maite, Matías, Nahuel, Emiliano y Justina). El es el sexto hijo de Pablo René Rossetti y María Elena Mattaíni. Y de todos ellos, es el único al que le gustó el campo. Así que es fácil verlo cada día entre los animales, pero también arriba de las máquinas –con el equipo de chacra- para ir a trabajar al campo de donde lo contratan.

Y allí va con el equipo, con ganas, con optimismo, a la hora que sea. “Mi vieja es la genia que arrancó con todo esto” dice, para luego meterse en la charla con campoindustria.com, precisamente en la cocina del campo ubicado a unos pocos kilómetros del centro de Olavarría.

¿Pablo, cuánto hace que estás laburando en el campo?, ¿Por qué? ¿Te gustaba de chico?

Arranqué a los quince años a trabajar en el campo. Por pasión, y dedicación. Campo y arranqué con equipo de chacra haciendo fardos, confección de fardos. No me trajo mi viejo, sino que vine solo. Solo. A la escuela la terminé en tiempo y forma, por supuesto, ya que hice el secundario en la Escuela Agricultura. Soy Técnico Agropecuario.

¿Y después, cómo siguió la historia? ¿Le dijiste a tu papá que querías ir al campo?

No, no. Arranqué antes de la pandemia en la facultad a estudiar Administración Agropecuaria. Y cuando en enero o febrero que tenía que volver a la facultad, la decisión propia fue no seguir estudiando. Es que me tiraba el campo y no me sentía estudiando. No me acompañaba la silla, jajaja, me pesaba la silla. Fue una decisión que les comenté a mis viejos de no seguir estudiando y si bien eso no era algo agradable para ellos, lo aceptaron. Porque ellos querían que yo siguiera estudiando, ellos quieren que todos sus hijos estudien. Es lógico también.

Pero vos ya estabas decidido….

Siiii. Ya era una decisión propia que estaba tomada. Así que comencé haciendo el trabajo de campo propiamente dicho como la recorrida, arreglos de alambre, trabajo en la manga. Y mi papá seguía en lo que era la parte de ventas. Yo armaba tropas, todo, y mi viejo vendía. Vendía, iba a la feria, compraba, hacía negocios, hasta que en un momento me dejó solo. Sin ninguna palabra, sin ninguna frase. Naturalmente se dieron las condiciones para que yo agarre todo el mando, y tenía 18 o 19 años. Pero me gustaba la responsabilidad; el laburo y la responsabilidad, ya sea la producción y la administración que son dos cosas complejas como llevar adelante una producción y la administración en un campo.

¿Y hoy te dedicás a lo que es ganadería y al equipo de chacra?

Sí, a la ganadería y a la agricultura. Para lo propio y para terceros. Es que brindamos servicios. Con las vacas me manejo yo en el campo que está en la zona del paraje Pourtalé. Acá son 720 hectáreas y tenemos 580 vacas. Hacemos producción, destete y vendo. No hacemos el ciclo complejo, para nada.

¿Y en agricultura?

Hacemos consumo para los animales, así como moha para hacer rollos, algún maíz para pastoreo, sorgo, alguna avena para cosechar. Pero todo para consumo del animal. Todo para consumo y algo de venta, pero nada de hacer un negocio como la soja o el trigo. Y la maquinaria, por supuesto. Eso es una pasión!.

¿Hoy qué equipo tenés?

Y hoy tenemos un equipo de chacra. Disco y siembra directa con disco y culminador y una sembradora Crucianelli de directa. Trabajo para lo propio y para terceros. Estamos bien armados, con disco desencontrado con culminador y sembradora de directa con alfalfero para siembra de pastura. Y en cuanto a tractores tenemos un Pauny articulado 540 y un Pauny 250.

¿Te capitalizaste bien, porque además tenés que salir a laburar y tenés que tener todo para brindar el mejor servicio?

Sí, tal cual. Tenemos que estar completos y al día. Bien. Hacemos, como te dije, disco y siembra. Algo de desmalezada, limpieza de pastura, por ahí cortamos para hacer rollos. Y estamos viendo de agrandarnos en algo de fertilización, estamos viendo los costos, los números. Por ahí aparece un mosquito o alguna fertilizadora de arrastre.

¿Pero con eso vas a la par de la ganadería?

Sí. Es todo incrementar algo a la ganadería. Ya sea pastura al voleo, fertilización en pastura, en cultivo. Vamos mechando un poco en todo. Y al Pauny me subo yo, o alguno que encuentre que quiera trabajar conmigo. Es un trabajo sacrificado, sin dudas, y más en esta época, con plena temporada de cosecha de fina y siembra de soja de segunda. Es complicado. Pero me gusta, esto del campo es una pasión.