

La expo de El Prado, en Uruguay, volvió a mostrar su estilo pintoresco, artesanal, sencillo y cálido, con la mejor genética en “el ruedo”
En una nota exclusiva para nuestra web, el doctor Juan José Tambella estuvo presente en la tradicional y famosísima exposición de El Prado, en la República Oriental del Uruguay. Allí presenció las juras de clasificación de Angus y Hereford, compartió distintos momentos inolvidables con cabañeros y se trajo desde Montevideo una imagen que cuenta para Campoindustria.
Coberturas15 de septiembre de 2025


POR EL DR. JUAN JOSE TAMBELLA (*), EXCLUSIVO PARA CAMPOINDUSTRIA. Luego de algunos ajustes en mi agenda personal y profesional, por fin pude asistir por primera vez a la exposición de El Prado, en Montevideo, República Oriental del Uruguay, algo que anhelaba desde hace tiempo.
Aunque he visitado muchísimas veces la vecina orilla, país que me encanta y en el que he vivido momentos muy buenos, hasta ahora me había conformado con seguir a esta muestra por streaming y por redes sociales. Tengo en mi haber cincuenta Palermos y una vez visité la Expointer de Esteio, en Brasil, y todo esto hace que uno quiera seguir conociendo eventos de este tipo, las máximas de sus respectivos países.
Una gira ganadera que hice en marzo de este año, muy bien pensada y organizada por la gente de Hereford de Argentina, por Río Grande y Ushuaia, en la isla de Tierra del Fuego, de la que participaron muchos y calificados productores orientales y en la que se vivió un ambiente de gran camaradería, me animó definitivamente a visitarlos.
En El Prado me encontré con casi todos ellos y disfruté de su amable hospitalidad. Creo que, por suerte, no soy el único que puede decir esto, ya que la nutrida y calificada concurrencia de argentinos del sector ganadero que se hicieron presentes, recibió un trato magnífico.
Notándose que los anfitriones estaban muy agradados por nuestra visita, facilitándonos todo lo que estuviera a su alcance, desde ingreso, información, invitaciones, etc. Va desde aquí mi reconocimiento y agradecimiento a los hermanos uruguayos.
El predio ferial es muy pintoresco y cuidado, muy artesanal en varios aspectos, con una añeja y bella arboleda, con algunas calles angostas que le dan un aire intimista, con altos galpones de época, muy bien mantenidos, donde se aloja la hacienda con camas de pasto.
Su pista central, "el ruedo" como lo llaman, es de césped y a pesar del trajín de animales, cabañeros, jurados, fotógrafos, periodistas, expositores y autoridades, se mantuvo en muy buenas condiciones, por suerte ayudado por unas gloriosas jornadas primaverales.
Detalles todos que le dan a la exposición un encanto especial con notas típicas e inconfundibles de que estamos en El Prado. El tranquilo andar de su gente, el que creo se encuentra más de acuerdo con la naturaleza humana, también le da un clima especial y no se ve, en general y felizmente, el ritmo acelerado que encontramos en otras muestras más cercanas a nosotros.
Pude seguir las juras de clasificación de las razas Angus y Hereford, ésta última en sus variedades astado y mocho (polled). Hay bastante presencia argentina de cabañeros y también de genética, compartida en muchos casos. En ambas razas observé una buena cantidad de animales de excelente nivel.
Se clasifican en dos días, el primero hembras y el segundo machos. En general los jurados, Diego Oribe en Angus y Gonzalo Rodríguez Mendaro en Hereford, ambos de Uruguay, buscaron ejemplares de tamaño moderado, de buen balance y calidad racial, corrección en aplomos y desplazamientos, dimorfismo sexual y buenos mantos de carne. Se apoyan bastante en los EPD, como estilan llamar a lo que en la Argentina designamos como DEPs y dentro de las mediciones utilizan el frame.
En Angus, en ambos pelajes, negro y colorado, los animales se presentan pelados, lo que –entiendo- hace un tanto más difícil disimular algunos defectos, y se juzgan juntos en todas las categorías. Se otorgan, al finalizar las tres categorías de terneros y de terneras, respectivamente, separados por sexo, los premios a los campeones supremos.
Salieron a venta diez machos, obteniendo por el 50% del gran campeón U$S37.000, precio máximo e histórico para esta exposición. Una particularidad: cada cabaña vende sus animales con el martillero con el que habitualmente trabaja, obviamente uno a la vez, por lo que se van alternando distintos profesionales del rubro.
En Hereford, tanto en machos como en hembras, se juzgan por separado los astados y los mochos (polled) y, al finalizar, compiten entre sí los grandes campeones de cada variedad por el premio campeón supremo, cada sexo por separado.
Sin que estas líneas pretendan ser un análisis profundo de la exposición ya que, como dije, el tiempo me alcanzó para observar sólo a estas dos magníficas razas de carne, las mayoritarias, en general me llevo una impresión excelente y muy agradable. Una muestra limpia, ordenada, con bellos stands, buena información al público, varios accesos, una oferta gastronómica variada y una movida nocturna divertida e intensa.
Su gente atenta, educada y servicial. Se percibe una gran tradición y pasión por la ganadería, las que han sabido transmitir con cariño, paciencia y profesionalidad a varias generaciones incluidas las más nuevas. A esta visita anual del campo a la ciudad, se la aprecia como un evento muy importante y esperado por el Uruguay.
Pasé unos días muy lindos, me alegro de haber podido venir y espero que esta haya sido la primera de muchas visitas en un futuro cercano a esta exposición de El Prado.
(*) El doctor Juan José Tambella es un reconocido profesional que tiene un amplio conocimiento de la ganadería argentina, con presencias en las exposiciones que se realizan en Palermo y es, también, un permanente colaborador de Campoindustria.
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