Agustín Arroyo, el querido y admirado “tránsfuga” de la ganadería: pasó por Cebú, Braford, Hereford y Angus, y hoy disfruta de hacer crecer a Speckle Park

POR DARIO FARIÑA, ESPECIAL EN CAÑUELAS. Apoyado en su bastón porque lo viene aquejando un pequeño problemita pasajero, nada importante, apareció caminando en la bellísima cabaña que el ingeniero naval Javier Picco tiene en Cañuelas, allí en la cabaña La Trinidad donde se crían los Shorthorn que luego ganan premios en Palermo.

Y Agustín Arroyo, personaje reconocido y famoso de la ganadería argentina si los hay, también estuvo allí presente para escuchar las charlas que brindaron los ingenieros Aníbal Pordomingo y Daniel Musi y el médico veterinario Silvio Marchetti. Siempre va a este tipo de actividades, para seguir escuchando, para seguir aprendiendo, para seguir vigente. Porque lo lleva en la sangre.

A los casi 80 años (que cumplirá el 27 de enero próximo), Agustín no para. Quizá jamás imaginó que apenas salió de la Universidad Católica Argentina –en 1971- su vida iba a tomar un rumbo casi inesperado a partir de la invitación de un profesor, que le vio condiciones, sabiduría y ganas de hacer para que luego él hiciera su propio camino.

Estuvo en la gestión de las asociaciones de muchas razas. Y él contó la historia de cómo fue pasando por cada una de ellas. Lo conocí en Azul, en una Expo Otoño de Hereford, y a partir de allí nuestra amistad y nuestra admiración por alguien que sigue siendo un referente. Con mucha experiencia y sabiduría, este licenciado en Ciencias Agrarias nacido en Buenos Aires, sigue firme al lado de las vacas.

Tanto que el mismísimo Carlos Ojea Rullán lo invitó para que lo acompañe en la organización de la Asociación de Speckle Park. Y allí fue, por supuesto, para poner el hombro, para conducir, para guiar a los más jóvenes. Es que le gusta estar activo, hablar con todos, conocer más y más, y por más que en casa hay un tema que le hace doler el alma, sigue adelante. Era inevitable, ese día en Cañuelas, hablar con él, y le contó muchas cosas a campoindustria.

Agustín, sos hombre de todas las razas, un poquito en cada una estuviste…

Uno me hizo mucha gracia el otro día, porque hablaban de los diputados tránsfugas, los diputados que pasaron de una línea política a la otra, qué se yo, y uno me dijo “bueno, a vos eso te hace bien, porque vos sos un tránsfuga de la ganadería”. Yo le digo “sí, con orgullo”. Yo siempre cuento la anécdota: cuando yo era director ejecutivo de la Angus, me hice muy amigo de Juan Bullo, que era director ejecutivo de la Hereford, y algunos nos decían cómo te podés sentar con él. Entonces yo respondía que nuestro criterio con Juan es hacer todo lo posible porque el negocio ganadero sea grande y sea lo más rentable posible. Y en los últimos metros de la carrera, por ahí nos sacamos la camiseta y mostramos que uno es Angus y otro Hereford, pero tenemos que agrandar el negocio.

Por la competencia y porque además el sol sale para todos…

Pero por supuesto, y si vos hacés el negocio grande y es rentable y el negocio ganadero crece, nos beneficiamos todos. Después cada raza tendrá su estrategia para venderse mejor, pero el negocio creció.

¿Estuviste en Angus, pasaste por Hereford, pero dónde comenzaste?

Arranqué, y a eso lo saben pocos, cuando me recibí. La última materia que di, el profesor titular de ingeniería en producción agropecuaria de la UCA era Mauricio Helman. Mauricio es el que introdujo el cebú en la Argentina, así que eso es toda una historia ya que en esa época él era funcionario y el cebú estaba prohibido porque iba a disminuir la calidad de la carne. Pero él me daba Ovinos, di el examen de ovinos, le di un examen bueno, me puso 10 y antes de levantarme me dice “yo quiero hablar con usted, no le interesa venir a trabajar a la Asociación de Cebú”.

¿Eso cuándo fue?

Te estoy hablando del año 1971. Ese año me recibí en la universidad. Estuve un montón de años con la Cebú, que hoy se llama Brahman; después me fui de ahí y estuve un tiempito en la actividad privada, pero me llamaron de la Angus porque acababan de echar al gerente. Estoy hablando del año ´97 y estuve director ejecutivo de la Angus entre el ´97 y el 2009, en total 12 años.

¿Cómo siguió la historia?

Después me fui de ahí y me llamó la Hereford para que hiciera promoción del uso de Hereford cruzamiento sobre Angus, firmé un contrato de casi dos años, un año y medio, y lo tuve que romper porque me llamaron de la Braford. En la Braford estuve cinco años de director ejecutivo, le debo al entonces presidente de la Hereford, Luciano Louge, ya que cuando me llamó yo pensé que me iba a tirar de las orejas porque me iba a ir. Pero me dijo “no no Agustín, eso es permanente para vos y vos tenés que agarrar eso”. Agarró el contrato y lo rompió, era el contrato que yo tenía con la Hereford y estuve en la Braford. Y después de la Braford me fui, tuvieron tropiezos en la Hereford con los gerentes que habían designado…, ya estoy más acá, estoy en el año 2015-2016 previo a la pandemia y ahí me contrataron en la Hereford.

¿Estuviste varios años ahí?

Yo ya estaba retirado, estaba jubilado, pero estuve con intención de que designaran y buscaran y designaran a otro, pero vino la pandemia. Después de la pandemia designaron a dos, tuvieron mala suerte, tropezaron con esos y me quedé hasta el año 2022.

¿Ahora llegó el turno de la Speckle Park?

Después del 2022 yo digo “bueno ahora voy a respirar un poco más tranquilo”. Pero pasó menos de un año, suena el teléfono y me llama Carlos Ojea Rullán y me dice Agustín vos todavía tenés algo de tiempo, tenés ganas, porque estoy trayendo una raza nueva a la Argentina. Entró en el 2023. Y me dice “vos con la experiencia tuya quisiera que me ayudes a armar la asociación”, y ahí estamos con la Asociación de Speckle Park.

¿Y?

Y…contento!!, aparte con muy buenas perspectivas. Este año en la Speckle Park hay 30 terneros nacidos en la Argentina, recién este año entraron 250 embriones en febrero y están por entrar 300 embriones más, con lo cual va a haber muchos terneros nacidos dentro de un año.

¿En qué zonas se adapta?

En todo el país, es lo que a Carlos le llamó la atención. En todas sus andanzas Carlos lleva 150 exposiciones juradas en todo el mundo, entre ellas andaba por Canadá y lo invitaron a conocer la raza, y dijo “pero cómo puede ser esto, con 30 grados bajo cero se comporta espectacularmente bien”. Después averiguó y en Australia también se comporta bien con 40 grados sobre cero; esto tiene que ir a la Argentina porque es netamente británico, la Speckle es una raza sintética creada en Canadá hace 60 años con sangre Angus, con sangre Shorthorn y con sangre de una raza que acá es poco conocida que se llama White Park, que es la que tiene esa coloración medio rara que le da el aspecto de una linda alfombra de color blanquinegro. Además tiene una calidad de carne espectacular y tiene una adaptabilidad a distintas zonas y como es netamente británica tiene todos los atributos de británico, o sea que tiene bajo peso al nacer, facilidad de parto, buena capacidad de crecimiento. Estuvimos en la charla de consumo residual que dio Aníbal Pordomingo, en las pruebas de consumo residual que hicieron en Canadá la raza que mejor anduvo fue la Speckle, por arriba las británicas que le dieron lugar. Digo, son datos no de la Argentina porque en la Argentina hay 30 terneros nacidos nada más.

¿Disfrutás de estas charlas, de seguir andando en todo esto, metido entre las vacas?

Me sirve y esto ya es una confidencia familiar pero me sirve para ocupar la cabeza y el tiempo ¿y por qué me interesa tanto?, porque tengo un problema personal, mi mujer (Alejandra Michael, 74) está enferma, tengo que acompañarla, no solamente acompañarla sino de coordinar toda la estructura de cuidadoras 24 horas los 7 días de la semana y todo esto me ayuda para tener unas ganas y una sonrisa, y transmitírsela también a ella.

¿Tienen hijos?

Sí. Tenemos dos hijas: una de 46 años, Josefina, casada con un tipo muy capaz, administrador de empresas, es un capo comercial de esta fábrica de productos balanceados que se llama Royal Canning, que es de capitales franceses, Mars o algo por el estilo. Y él estuvo ordenando la parte comercial de Royal Canning en Bogotá durante cuatro años, hasta febrero de este año; en febrero lo redireccionaron y lo mandaron a Santiago de Chile, así que se me viene acercando afortunadamente.

¿Y tu otra hija?

Mi otra hija es Soledad, que tiene 41 años y es abogada; trabaja muy bien y tiene su marido que es ganadero de Angus, se llama Amuchástegui, es de la zona de Ayacucho, pero él es -cambio de tema porque es entretenido- sociólogo, es un psicólogo que apoya a los deportistas. Viste que hoy está muy de moda, que los grandes deportistas destacados necesitan, para que les ordenen la cabeza, necesitan un apoyo de un psicólogo. Y Agustín, mi yerno, mi yerno menor como le digo, aparentemente es un buen psicólogo deportista. Entre otras cosas, cuando Argentina le ganó a Brasil, ¿te acordás?, hace dos o tres meses, una cosa así, el amigo Scaloni lo metió en el equipo a Gio Simeone. Gio Simeone es apoyado psicológicamente por mi yerno y también le habló Gio a su papá, el Cholo, que el Cholo lo contrató a mi yerno para que apoyara al equipo del Atlético de Madrid cuando fueron a jugar el Mundial de Clubes en Estados Unidos, que lamentablemente no clasificaron. Así que ahí estuvo y estuvo un par de veces en Madrid también.

¿Los productores cómo te identifican o con qué raza te identifican? ¿Con todas?

Con todas.

Vos sos simplemente Agustín...

Yo soy Agustín. Hola Agustín, que yo te conozco de tal lado, tal otro, qué sé cuánto. Pero lo bueno, porque a diferencia al principio no le gustaba mucho, decían “el tránsfuga”, pero hoy ya me lo dicen con simpatía.

Y con cariño

Y con cariño, claro. Porque es así, o sea hemos estado bien y tengo la gran ventaja de que tengo muy buenos amigos y simpatías en todas las razas. Porque en el caso de la Angus no fue una salida cruenta, pero se había producido un desgaste en ese momento con las autoridades. Pero hoy me invitan a ir a las exposiciones, a la exposición de otoño en Palermo o a la inauguración de la expo de Primavera en Cañuelas. Y yo tengo la felicidad y la satisfacción de poder caminar por las filas de Angus y que todo el mundo dice “oh, qué bueno verte”. Y algunos otros en la Hereford que hoy me dicen “Agustín, te extrañamos”. Eso es una satisfacción muy grande. Y que el amigo Carlos Ojea Rullán, que es un personaje envidiable en cuanto a su capacidad, a su visión y lo que fuera, que un día llamara por teléfono y me dijera “Agustín, quiero invitarte a que colabores con la Speckle Park”, para mí fue un premio de cierre de actividad profesional.